EXCLUSIVO | El Papa León XIV desata controversia global al declarar:
“La familia auténtica se construye sobre la unión de un hombre y una mujer”
En pleno siglo XXI, el Vaticano reafirma su visión tradicional sobre la familia, desatando una tormenta de reacciones entre creyentes, gobiernos y movimientos sociales
Por corresponsal especial | Ciudad del Vaticano | 18 de mayo de 2025
En un discurso que ya ha sido calificado por algunos como histórico y por otros como alarmante, el Papa León XIV volvió a colocar a la Iglesia católica en el centro de una disputa global sobre el significado contemporáneo de la familia. Ante una audiencia internacional reunida en el Congreso Mundial de la Familia en Roma, el Pontífice declaró con firmeza:
“La familia, según el plan de Dios, se edifica sobre la unión estable entre un hombre y una mujer. Esta complementariedad no es una construcción cultural: es una verdad natural, inscrita en el cuerpo humano y confirmada por la Revelación.”
Con estas palabras, el jefe de la Iglesia católica dejó clara su postura frente al avance imparable de nuevos modelos familiares, como las uniones entre personas del mismo sexo, las familias homoparentales, o las estructuras no convencionales que proliferan en muchas partes del mundo.
La afirmación no sólo reafirma la doctrina tradicional del Vaticano, sino que ha generado un choque frontal entre la jerarquía eclesiástica y los sectores progresistas —tanto dentro como fuera de la Iglesia— que luchan por el reconocimiento pleno de la diversidad familiar.
El peso de una frase: ¿defensa de la verdad o exclusión sistemática?
La declaración del Papa no ha sido improvisada. Fuentes internas del Vaticano señalan que el mensaje fue cuidadosamente redactado durante semanas, con el objetivo de “responder a la confusión moral” que —según el propio Pontífice— atraviesa la cultura occidental. León XIV, que desde el inicio de su pontificado ha adoptado una postura claramente conservadora, parece decidido a marcar distancia con el enfoque más pastoral e inclusivo que caracterizó a su predecesor, Francisco.
Para León XIV, la familia heterosexual no es una entre muchas opciones válidas, sino la única estructura plenamente legítima ante los ojos de Dios y de la Iglesia. En su visión, la biología, la moral y la fe convergen en un modelo único que la modernidad estaría amenazando con relativismo y confusión.
Este punto de vista no sólo plantea una resistencia doctrinal, sino también una estrategia de batalla cultural. En sus palabras, el Papa advirtió:
“Hoy se quiere imponer una ideología que borra las diferencias sexuales, que desconecta la sexualidad de la procreación y que trivializa la maternidad y la paternidad. No podemos callar ante esta colonización cultural.”
Un mundo plural frente a un dogma ancestral
Las reacciones a estas palabras no se hicieron esperar. En Bruselas, Nueva York, Buenos Aires, Ciudad de México o Madrid, activistas por los derechos LGTBI+, representantes políticos y colectivos de creyentes inclusivos alzaron la voz con indignación. Muchos vieron en el discurso una forma de violencia simbólica.
Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo, reaccionó en X (antes Twitter): “Respetamos la fe, pero no toleraremos mensajes que legitimen la discriminación. Todas las familias merecen reconocimiento y dignidad.”
Desde América Latina, el presidente de Chile, Gabriel Boric, fue más directo: “El Vaticano tiene derecho a su doctrina. Pero el amor entre dos personas del mismo sexo también construye familias sólidas, responsables y llenas de afecto.”
Frente a esta ola de críticas, el Vaticano ha guardado silencio institucional, mientras algunos cardenales y obispos han salido a respaldar al Papa con entusiasmo, considerando su postura como una necesaria “claridad en tiempos de confusión”.
La Iglesia dividida: teólogos y fieles en tensión
El discurso ha agudizado las fracturas internas de la Iglesia católica. Mientras sectores conservadores aplauden la firmeza del Papa, muchos católicos —especialmente en Europa Occidental y América Latina— se sienten desilusionados y heridos.
La teóloga brasileña Ivone Gebara declaró:
“Esta visión reduce el misterio del amor humano a una fórmula biológica. Es teológicamente pobre y pastoralmente destructiva. Se está cerrando una puerta que Jesús habría dejado abierta.”
También se pronunció el sacerdote alemán Helmut Schüller, impulsor del movimiento “Iglesia del Futuro”:
“No se puede hablar de familia sin mirar las vidas concretas de millones de creyentes que aman, educan y cuidan fuera de ese molde único.”
Un papado en clave contrarrevolucionaria
Desde su elección en 2023, León XIV ha construido su liderazgo sobre una clara recuperación del dogma, el orden moral tradicional y la defensa de lo que él llama “la ley natural”. Su discurso se aleja de la ambigüedad pastoral del pontificado anterior y apuesta por una Iglesia más compacta, doctrinalmente coherente, aunque menos dialogante.
En los últimos meses, ha criticado la teoría de género, ha reforzado la negativa al sacerdocio femenino, ha frenado las bendiciones a parejas del mismo sexo y ha presionado a los obispos “rebeldes” de Alemania y Bélgica para que vuelvan a la ortodoxia. Todo indica que la línea doctrinal de este papado será la del “muro”, no la del “puente”.
Pero, ¿a qué costo?
Muchos analistas ven en este giro una pérdida de relevancia para la Iglesia entre las nuevas generaciones. En América Latina, por ejemplo, el número de católicos practicantes sigue cayendo, mientras el protestantismo evangélico y el agnosticismo aumentan. En Europa, el discurso de León XIV resuena más en los márgenes políticos conservadores que en el corazón espiritual de los pueblos.
¿Una verdad eterna o una visión en crisis?
Lo que está en juego no es solo una definición teológica de la familia, sino la capacidad de la Iglesia para dialogar con una humanidad diversa, marcada por nuevas formas de amar, de convivir y de criar.
La pregunta que flota en el aire —y que no desaparecerá con un solo discurso— es la siguiente:
¿Puede la Iglesia seguir siendo “madre y maestra” si niega la dignidad plena de millones de familias que no encajan en su esquema tradicional?
El tiempo dirá si León XIV será recordado como un profeta de la fidelidad doctrinal o como el líder que, al cerrarse al mundo, terminó cerrando también las puertas de la Iglesia a muchos de sus hijos e hijas.