En una bomba mediática que está sacudiendo a Buckingham Palace, Hollywood y a las redes sociales en todo el mundo, varias fuentes cercanas a la pareja han confirmado que Meghan Markle ha tomado la impactante decisión de poner fin a su matrimonio con el Príncipe Harry, alegando que él se ha vuelto “demasiado obsesivo” con ella, al punto de volverse emocionalmente asfixiante.
Aunque ninguna de las partes ha hecho una declaración oficial, los rumores sobre tensiones y crisis en el matrimonio de los Sussex venían sonando desde hace meses, y ahora, según las fuentes más cercanas, la situación habría llegado a su límite — y fue Meghan quien decidió dar el paso final.
“Una obsesión enfermiza” tras las puertas cerradas
De acuerdo con personas del entorno de la duquesa, lo que comenzó como una romántica devoción de Harry hacia Meghan se transformó en una constante necesidad de control, celos y una dependencia emocional que, con el tiempo, se volvió insoportable.
Un amigo cercano de Meghan confesó a un tabloide británico:
“Meghan sentía que no podía respirar. Lo que empezó como amor se convirtió en vigilancia constante, llamadas cada cinco minutos, necesidad de aprobación y miedo a perderla. Ella lo describía como ‘demasiado, todo el tiempo’.”
La fuente agregó que Meghan percibía que Harry no tenía vida propia fuera de su relación y que su obsesión con ella y su carrera terminó por minar su matrimonio.
Tensiones a la vista durante actos públicos
El público comenzó a notar indicios de distanciamiento en sus últimas apariciones conjuntas. Durante una gala benéfica en Los Ángeles, expertos en lenguaje corporal señalaron que Meghan parecía “visiblemente incómoda” mientras Harry no se despegaba de su lado, interrumpía sus conversaciones y la seguía por todo el lugar.
Un invitado anónimo comentó a una revista estadounidense:
“Era incómodo de ver. Meghan intentaba socializar y Harry simplemente la perseguía. Se notaba que ella no estaba feliz.”
La gota que colmó el vaso
Según las fuentes, la situación explotó tras una discusión a principios de mes por los planes de Meghan de retomar su carrera como actriz y lanzar una marca personal de estilo de vida. Harry, temeroso de quedar excluido, habría reaccionado de forma desproporcionada, generando una pelea que testigos describieron como “la peor que han tenido”.
A partir de ese momento, Meghan habría decidido poner punto final a la relación. Un allegado reveló:
“Ella lo ama, pero no puede vivir bajo esa constante obsesión. Trabajó demasiado duro para tener su propia identidad como para verse reducida a la sombra de un hombre.”
¿Y ahora qué para los duques de Sussex?
Por ahora, no hay documentos de divorcio ni declaraciones oficiales, pero varias fuentes aseguran que Meghan ya se ha mudado discretamente de su residencia en Montecito y se encuentra instalada en Los Ángeles junto a sus hijos.
Como era de esperarse, la prensa británica está en llamas y el Palacio de Buckingham ha optado por el silencio absoluto. La experta en realeza Angela Levin comentó:
“Si esto es cierto, será devastador para Harry. Él renunció a todo por Meghan: su familia, su hogar y su título. Que lo dejen ahora sería brutal.”
En redes sociales, la polémica no se hizo esperar. Los hashtags #TeamMeghan y #PobreHarry están en tendencia mundial, mientras los fans debaten ferozmente en lo que parece ser una de las rupturas de celebridades más sonadas de la década.
El mundo entero está pendiente de una posible declaración oficial de los Sussex. Por ahora, una cosa está clara: el cuento de hadas se ha roto y el próximo capítulo de esta historia será igual de explosivo.
Seguiremos informando.