“Tuvo 23 años maravillosos, pero ¿quién habría pensado que los últimos cinco serían los mejores?”, dijo su madre, Lisa McGovern, durante el elogio fúnebre de Molly.
La hija del congresista de Massachusetts Jim McGovern, Molly McGovern, quien falleció repentinamente en abril, experimentó náuseas durante una cena con sus amigas mientras estaba de vacaciones en Italia, poco antes de su muerte.
La joven estudiante universitaria de 23 años murió el 23 de abril en Asís, Italia, pocos minutos después de sentirse mal durante la cena con sus amigas, según informó The Boston Globe en una nueva entrevista con su padre publicada el miércoles 7 de mayo.
Su funeral se llevó a cabo el sábado 3 de mayo en la iglesia St. Bernard’s en Worcester, Massachusetts.
El medio también entrevistó al congresista en una llamada telefónica días antes del funeral, donde volvió a hablar del amor de su hija por el Papa y por las comunidades marginadas:
“Ella también estaría diciendo: ‘¿Cuál es el problema? ¿Por qué las mujeres no pueden ser cardenales?’”, expresó.
Jim McGovern, de 65 años, habló con The Boston Globe antes del funeral de Molly, compartiendo su profundo afecto por el Papa Francisco y su compromiso con los grupos más vulnerables.
“Cuando Molly era pequeña, un sacerdote le preguntó qué quería ser cuando creciera, y ella respondió: ‘Quiero ser cardenal’”, recordó McGovern, cuyo distrito incluye gran parte del centro de Massachusetts.
Según su perfil de LinkedIn, Molly estudiaba Ciencias Políticas y Gobierno con enfoque en asuntos internacionales en la Universidad de Northeastern en Boston.
Poco después de cumplir 18 años, a Molly le fue diagnosticado un tipo raro de cáncer. Quienes la conocieron mejor aseguran que vivió los últimos cinco años al máximo.
“Su collar de todos los días era una medalla de San Francisco,” dijo su madre, Lisa McGovern, durante la misa fúnebre de Molly.
“Tuvo 23 años maravillosos, pero ¿quién habría pensado que los últimos cinco serían los mejores?”, continuó Lisa. “Había pequeños milagros por todas partes.”
Además de ser conocida por su amabilidad con los demás, Molly también era famosa por su espíritu viajero, habiendo visitado lugares como Tasmania, Washington D.C., Australia y Roma.
En los últimos años, entabló amistad con la familia Pelosi, enviando tarjetas a Paul Pelosi, esposo de la congresista Nancy Pelosi, para levantarle el ánimo tras el ataque que sufrió en su casa en 2022.
El mismo día de su muerte, Molly y Nancy Pelosi, de 85 años, estaban intercambiando mensajes de texto sobre los planes de la ex presidenta de la Cámara de Representantes para viajar a Italia con motivo del funeral del Papa Francisco.
“Creo que Su Santidad, que era tan santo, decidió que quería otro ángel en el cielo. Y ese sería Molly, porque era tan buena,” le dijo Nancy a Jim McGovern tras la muerte de su hija, según The Boston Globe.