ACTUALIZACIÓN: Mientras los ojos del mundo estaban en el Vaticano… el príncipe Harry fue visto en un lugar que nadie esperaba
Por: Redacción Internacional | Fecha: 29 de abril de 2025
La Plaza de San Pedro estaba cubierta de silencio reverente. Decenas de miles de personas, incluidos jefes de Estado, líderes religiosos y miembros de las familias reales de todo el mundo, se reunieron para rendir homenaje al Papa Francisco, cuyo legado marcó una era en la Iglesia católica y más allá. Entre las figuras presentes, destacaban el rey Felipe VI, Emmanuel Macron, el presidente estadounidense y, en representación de la Corona británica, el príncipe William.
Pero una ausencia notable —casi ensordecedora— se convirtió rápidamente en tema de conversación internacional: el príncipe Harry no apareció en ningún lugar del Vaticano.
Mientras la ceremonia fúnebre avanzaba en Roma con pompa y solemnidad, otra escena completamente distinta tenía lugar al otro lado del mundo.
Una alfombra roja en Beverly Hills, un escándalo en desarrollo
Lejos de los rezos, los himnos y las vestiduras negras, el príncipe Harry fue fotografiado esa misma noche en un evento exclusivo en Beverly Hills, rodeado de celebridades, ejecutivos de la industria del entretenimiento y fotógrafos. Se trataba de una gala privada organizada por una influyente plataforma de streaming para lanzar una nueva serie documental enfocada en justicia climática y liderazgo global.
Las imágenes —filtradas por paparazzis y compartidas primero por medios de espectáculos— mostraban a Harry relajado, sonriente, posando con personalidades de Hollywood y alzando una copa en tono de celebración. No llevaba ninguna señal de luto. No había un minuto de silencio. No había rastro de la ceremonia que conmovía al mundo entero ese mismo día.
La reacción fue inmediata. Y furiosa.
“Una bofetada a la solemnidad”: reacciones en redes y medios
Las redes sociales estallaron en críticas. Cientos de usuarios, incluidos ex simpatizantes del duque de Sussex, expresaron su decepción e incredulidad:
“Mientras su hermano representaba la dignidad británica frente al mundo, Harry estaba celebrando como si nada hubiese pasado.”
“Dice luchar por causas globales… ¿y se pierde el adiós a uno de los líderes morales más influyentes del siglo?”
El hashtag #HarryFueraDeLugar comenzó a posicionarse entre las principales tendencias globales. Medios británicos como The Daily Mail, The Telegraph y The Times dedicaron editoriales críticos, calificando la ausencia del príncipe como “una muestra de frivolidad que hiere la imagen ya erosionada de la familia Sussex.”
William vs. Harry: ¿Una brecha ya irreversible?
Las comparaciones con el príncipe William no se hicieron esperar. Mientras Harry disfrutaba de un cóctel en la costa oeste de Estados Unidos, William caminaba solemne por los pasillos del Vaticano, intercambiando palabras con líderes internacionales, ofreciendo condolencias y reafirmando el papel de la monarquía británica en el escenario diplomático.
Para muchos observadores, el momento simbolizó un punto de quiebre entre los hermanos. No solo en lo personal, sino en la forma en que cada uno entiende el deber, el servicio y el rol histórico que les ha tocado.
“Harry parecía decidido a construir una identidad propia fuera de los muros del palacio. Pero si su independencia implica ignorar eventos de trascendencia moral y espiritual como este… ¿en qué se ha convertido esa identidad?” — cuestionó la comentarista real Helen Rourke en la BBC.
¿Error de cálculo o gesto deliberado?
Los analistas están divididos. Algunos aseguran que fue un error de cálculo catastrófico, una señal de desconexión con los valores tradicionales que todavía esperan muchos de los ciudadanos del Reino Unido y de la Commonwealth.
Otros, en cambio, creen que fue un acto deliberado: una afirmación de su nuevo camino, uno desligado por completo de la institución que alguna vez representó.
“Harry está apostando por Hollywood, no por la historia. Está eligiendo el presente sobre el legado,” afirmó un editorial en The Atlantic.
Pero esta estrategia podría salirle cara. Incluso figuras que lo apoyaron públicamente en el pasado han comenzado a expresar dudas sobre su autenticidad y sentido de responsabilidad.
Silencio en Montecito, preguntas sin respuesta
Hasta el cierre de esta edición, ni Harry ni su esposa Meghan Markle han emitido ningún comunicado sobre su ausencia en el funeral. Sus representantes no respondieron a solicitudes de medios europeos, y sus redes sociales permanecen inactivas.
El silencio, en este caso, no está ayudando. Más bien, alimenta la sensación de indiferencia y falta de sensibilidad en un momento de profunda significación espiritual y política.
Conclusión: ¿El punto sin retorno?
Este episodio puede marcar un antes y un después en la percepción pública del príncipe Harry. No es solo una cuestión de protocolo. Es una cuestión de símbolo, de prioridades, de presencia.
El mundo se despidió de un líder espiritual venerado por millones.
El príncipe William estuvo allí.
Harry no.
Y en una época donde las acciones —y omisiones— se amplifican a la velocidad de un clic, la decisión de dónde estar puede definirlo todo.