INDIANÁPOLIS — El dueño de los Colts, Jim Irsay, quien dirigió al equipo desde 1997 y presidió una de las épocas más importantes de la histórica franquicia, falleció el miércoles. Tenía 65 años.

“Estamos devastados al anunciar que nuestro querido dueño y director ejecutivo, Jim Irsay, falleció pacíficamente mientras dormía esta tarde”, declaró el director de operaciones de los Colts, Pete Ward, en un comunicado emitido por el equipo. “La dedicación y pasión de Jim por los Indianapolis Colts, además de su generosidad, compromiso con la comunidad y, sobre todo, su amor por su familia, fueron insuperables”.

A Irsay le sobreviven sus hijas Carlie Irsay-Gordon, Casey Foyt y Kalen Jackson; su exesposa y madre de sus hijas, Meg Coyle; y 10 nietos.

Irsay-Gordon, su hija mayor, es considerada la más involucrada en las operaciones del equipo y reemplazó a su padre durante su suspensión de la NFL en 2014, tras su arresto por conducir bajo los efectos del alcohol.

“Nos entristeció profundamente saber del fallecimiento de Jim Irsay hoy. Jim era un amigo y un hombre profundamente comprometido con su familia, el deporte, los Colts y la comunidad de Indianápolis”, declaró el comisionado de la NFL, Roger Goodell. “Lideró con integridad, pasión y dedicación a los jugadores, entrenadores y personal de los Colts, y su valiente labor en apoyo a la salud mental será un legado perdurable. … En nombre de toda la NFL, extiendo mis más sinceras condolencias a las hijas de Jim y sus familias, y a sus numerosos amigos en toda la NFL”.

La salud de Irsay estuvo bajo escrutinio cuando fue hospitalizado después de que los servicios de emergencia lo encontraran inconsciente en su habitación en diciembre de 2023. La policía calificó el incidente en un informe como una presunta sobredosis. Al mes siguiente, después de que Irsay no fuera visto públicamente durante varias semanas, los Colts informaron en un comunicado que estaba recibiendo tratamiento por una “enfermedad respiratoria grave”.

Irsay había hecho algunas apariciones públicas durante el año transcurrido desde esos incidentes, pero últimamente no se le había visto mucho. No asistió a la reunión anual de la NFL en Palm Beach, Florida, en marzo, ni a la reunión de la liga en Eagan, Minnesota, esta semana, y se cree que no estuvo presente durante el draft de la NFL del mes pasado.

El miércoles por la mañana, había expresado su apoyo a los Indiana Pacers y a su dueño, Herb Simon, antes de su primer partido de las finales de la Conferencia Este contra los New York Knicks. Escribió en redes sociales: “¡Vamos PACERS! ¡Mucha suerte a Herb, a toda la organización de los @Pacers y a nuestra ciudad!”.

El mariscal de campo del Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional, Peyton Manning, considerado el mejor jugador en la historia de los Colts, estuvo entre quienes lamentaron la muerte de Irsay.

“Me rompe el corazón enterarme del fallecimiento de Jim Irsay”, publicó Manning en redes sociales. “Era un dueño increíblemente generoso y apasionado, y siempre estaré en deuda con él por haberme dado mi primer paso en la NFL. Su amor por los Colts y la ciudad de Indy fue inigualable. Su impacto en los jugadores que jugaron para él no será olvidado. Mis pensamientos y oraciones están con su familia y con todos en la comunidad de los Colts. Lo extrañaremos. Jim, descansa en paz, amigo mío”. Irsay asumió la propiedad principal de los Colts a los 37 años, tras la muerte de su padre, Bob, y tras la conclusión de una batalla legal con su madrastra. Se convirtió en el propietario más joven de la NFL en aquel entonces, pero se convertiría en uno de los más influyentes durante su gestión del club.

Irsay había sido un miembro destacado del comité de finanzas de la NFL y presidió el comité legislativo. Incluso antes de asumir la propiedad exclusiva en 1997, estuvo muy involucrado en asuntos de la liga; Irsay formó parte de un grupo de cuatro ejecutivos designados por el entonces comisionado de la NFL, Pete Rozelle, en la década de 1980 para diseñar lo que se convertiría en el límite salarial de la liga.

Pero equilibró esos roles oficiales con una imagen pública que contradecía lo que cabría esperar de un propietario multimillonario de la NFL. Siempre excéntrico y franco, Irsay se ganó la reputación de su personalidad peculiar entre un grupo de colegas que normalmente se esfuerza por evitar los focos.

Desde tocar la guitarra y cantar a todo pulmón con la Jim Irsay Band hasta sus impredecibles publicaciones en redes sociales, Irsay era indudablemente un hombre autosuficiente. Solía ​​repartir fajos de billetes de 100 dólares a los aficionados en los entrenamientos de los Colts y era conocido por organizar concursos de trivia para los aficionados en redes sociales. Los ganadores recibían entradas para los Colts o incluso viajes con todos los gastos pagados a partidos fuera de casa o al Super Bowl.

En una época en la que los dueños de equipos de la NFL se involucran cada vez más en otras industrias, Irsay era un veterano de la NFL cuyo equipo era su activo más importante. Llevaba tanto tiempo en la liga que guardaba preciados recuerdos de codearse con el mariscal de campo Johnny Unitas en el vestuario cuando era niño en Baltimore.

Esa perspectiva es quizás la razón por la que la admiración de Irsay por los arquitectos de la NFL siempre fue evidente. Fue uno de los pocos dueños de equipos cuya presencia se extendió a generaciones pasadas y actuales.

“Aprendí de quienes me precedieron”, dijo una vez antes de mencionar a propietarios legendarios. “Wellington Mara, Lamar Hunt, Dan Rooney… e incluso George Halas. Realmente me enseñó a ser un buen administrador”.

Irsay supervisó un período prolífico de éxito para los Colts. Indianápolis es la sexta organización con más victorias en la NFL desde que Irsay se convirtió oficialmente en propietario. Ese éxito siguió a un período de constante inutilidad, con los Colts sufriendo la octava mayor cantidad de derrotas en la liga desde que Bob Irsay trasladó el equipo a Indianápolis en 1984 hasta que el joven Irsay asumió el control.

Bajo la dirección de Irsay, los Colts avanzaron a dos Super Bowls, ganando el Super Bowl XLI después de la temporada 2006. Quizás la imagen más perdurable de Irsay sea una fotografía tomada esa noche, el 4 de febrero de 2007. En ella, sostiene el Trofeo Lombardi en alto con la mano derecha, ajeno a la lluvia que caía, disfrutando del mejor momento de la franquicia en una generación.

Irsay pasó muchos años soñando con otra victoria en el Super Bowl, pero se quedó corto. En los últimos años, reiteró que presentía que comenzaba una racha que culminaría en múltiples campeonatos, solo para ver ese sueño frustrado por innumerables obstáculos.

En 2019, hizo un comentario casual sobre ganar tres títulos consecutivos algún día, una idea que sonaba descabellada, considerando que los Colts no habían ganado un título divisional desde 2014.

Pero defendió la afirmación con estas palabras: “Cuando dije tres consecutivos, es porque ¿cómo puedes levantarte e ir a trabajar sin aceptar el deseo de ser el mejor? Ninguna otra forma de pensar me parece lógica”.

Irsay era un soñador, pero la realidad a menudo tenía otras ideas. La grandeza de Tom Brady, la lesión de cuello de Manning, el repentino retiro de Andrew Luck: cada evento influyó en que Irsay nunca cumpliera sus deseos.

En 2012, Irsay estuvo en el centro de una de las decisiones más difíciles de la franquicia. Tomó la decisión definitiva de liberar a Manning, la primera selección global del draft de 1998. Un futuro incierto debido a una lesión de cuello y las dificultades financieras del equipo propiciaron uno de los movimientos de plantilla más notables en la historia de la liga.

En una emotiva conferencia de prensa conjunta con Manning, Irsay describió el momento como “un día difícil, de dolor compartido entre Peyton, yo, la afición, todos”. Manning, quien había jugado toda su carrera con Indianápolis hasta ese momento, dijo: “No es lo que ninguno de los dos quería”.

Irsay recordó más tarde las horas posteriores a que los Colts aseguraran la primera selección del draft de 2012 en el último día de la temporada 2011, allanando el camino para seleccionar a Luck y, por lo tanto, haciendo que la liberación de Manning fuera prácticamente segura.

“Me puse a llorar delante de mis hijas”, declaró a NFL.com en 2014. “Porque la emoción de decir: ‘Esa era terminó’. Y en el fondo de mi corazón sabía que se había acabado”.

Más allá de su familia y su equipo, una de las principales pasiones de Irsay era ser un destacado coleccionista. Con los años, convirtió lo que antes era poco más que un costoso pasatiempo en una identidad, creando una exposición itinerante de renombre mundial llamada la Colección Jim Irsay. Incluye más de 500 de los artículos más singulares del mundo, desde el cinturón de campeón de Muhammad Ali de “Rumble in the Jungle” hasta lo que muchos consideran la colección de guitarras clásicas más importante del mundo.

Irsay invirtió una fortuna en la colección, con gastos estimados de decenas de millones de dólares en las últimas dos décadas. Si deseaba un artículo con desesperación, hacía lo imposible por conseguirlo. Irsay una vez superó la oferta de Ed Glazer, copropietario de los Tampa Bay Buccaneers, por un piano de Elton John que se vendió por $915,000 en una subasta. Irsay declaró a ESPN el año pasado que rechazó una oferta de compra de la colección de un individuo no identificado en Oriente Medio que superaba los $1,000 millones.

Es importante destacar que Irsay siempre insistió en que su posesión más preciada de la colección era el llamado “Libro Grande”, el manuscrito que sirvió de base para Alcohólicos Anónimos. Las décadas de lucha de Irsay contra la adicción hicieron que el artículo resonara con él a un nivel que otros artículos de la colección no pudieron.

“Esos 12 pasos han salvado literalmente cientos de miles o millones de vidas”, declaró Irsay a ESPN. “Mi abuelo murió en 1927, ocho años antes de que se fundara AA. Y no había esperanza para él. En aquel entonces, simplemente metían a la gente en sanatorios.

“Gracias a esos 12 pasos, he podido superar la barrera de generaciones y decir: ‘¡Alto! ¡Basta ya! Estas familias no serán destrozadas ni destruidas por todos los conflictos que existen.

El padre de Irsay era conocido por su lucha contra el alcoholismo y muchos lo recuerdan por su temperamento feroz. El joven Irsay presenció los desafíos que trajo consigo la bebida de su padre, pero aun así, a menudo, no lograba librarse de sus propios vicios.

Irsay declaró en una entrevista con HBO Sports en noviembre de 2023 que había ingresado en rehabilitación al menos 15 veces. Se cree que una de esas ocasiones ocurrió tras su arresto en 2014 en Carmel, Indiana, por conducir en estado de ebriedad. Irsay se declaró culpable ese mismo año de un delito menor y fue sentenciado a un año de libertad condicional.

En relación con esto, la familia Irsay lideró en los últimos años una iniciativa para abordar los problemas de salud mental y adicción a través de su campaña de recaudación de fondos “Kicking the Stigma”, que Irsay promovió constantemente. Sus experiencias previas con la adicción alimentaron su pasión por la causa, y su posición en la liga le ayudó a abrir puertas a donantes.

Los Irsay han otorgado $31 millones en subvenciones a organizaciones del sector de la salud mental y áreas afines a través de Kicking the Stigma.

En el futuro, se espera que la propiedad de los Colts se transfiera a las hijas de Irsay. Cada una recibió un título de propiedad en 2012 y ha desempeñado un papel activo en la organización durante años. Aún no está claro qué parte del equipo, si es que alguna, se transfirió a las hijas, ni el impacto de los posibles impuestos sucesorios.

Pero los deseos de Irsay siempre han sido claros. Al heredar la propiedad de su padre, no dejó lugar a dudas sobre sus intenciones.

“Conservaremos el 100% del equipo”, dijo, “y se lo cedo a mis hijos”.