ÚLTIMA HORA: Bryan Kohberger parece haberlo planeado todo desde el principio
El teléfono del principal sospechoso revela una inquietante cadena de búsquedas que podrían haber anticipado la tragedia de Idaho
Por [Tu Nombre] | Especial para [Nombre del Medio]
15 de mayo de 2025 – Investigación exclusiva
La calma aparente de la ciudad universitaria de Moscow, Idaho, vuelve a resquebrajarse. Esta vez, no por un nuevo hecho, sino por lo que ya estaba allí—oculto a plena vista—esperando ser descubierto en la memoria digital de un teléfono celular.
Bryan Kohberger, el hombre acusado de estar vinculado con la muerte de cuatro estudiantes universitarios en noviembre del año pasado, enfrenta ahora una nueva ola de escrutinio público. Archivos forenses recién desclasificados revelan que su teléfono contenía una serie de búsquedas en línea que, según fiscales y expertos, podrían indicar algo más profundo y premeditado de lo que hasta ahora se pensaba.
Un historial que no deja indiferente a nadie
De acuerdo con documentos del tribunal, el historial de búsqueda de Kohberger muestra una inquietante progresión: desde interrogantes psicológicos aparentemente generales hasta temas delicados que rozan los límites de la ética, el autocontrol emocional y el ocultamiento de acciones.
Algunas de las frases exactas, según fuentes cercanas a la investigación, incluían:
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“¿Cómo piensa una persona sin empatía?”
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“Rasgos de personalidad antisocial”
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“Cómo actuar de forma normal cuando estás sintiendo algo distinto”
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“¿Pueden las emociones bloquearse intencionalmente?”
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“Qué errores cometen las personas cuando intentan planear algo sin ser detectadas”
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“Cómo evitar ser rastreado en una investigación criminal”
Estas búsquedas no ocurrieron en un solo momento, sino a lo largo de varias semanas. Investigadores han señalado que no se trataría de un patrón errático, sino de un proceso repetitivo y gradual. En palabras de un analista forense digital: “No era una navegación desordenada. Había orden. Había foco. Había una intención.”
Más allá de lo académico
Kohberger, estudiante de doctorado en criminología con un enfoque particular en psicología forense, ya había llamado la atención por sus intereses académicos poco comunes. Sin embargo, este nuevo hallazgo plantea una pregunta crucial: ¿cuándo deja de ser observación académica y se convierte en una forma de ensayo mental?
Especialistas en conducta criminal como la doctora Nuria Figueroa, profesora de criminología en la Universidad Autónoma de Madrid, advierten:
“Es posible que estuviéramos frente a alguien que no solo estudiaba el crimen, sino que lo interiorizaba como un proceso cognitivo. El lenguaje de sus búsquedas no es solo técnico: hay ansiedad, hay obsesión, y hay planificación emocional.”
¿Una mente que anticipaba cada paso?
La secuencia de búsquedas también ha sido analizada desde una perspectiva temporal. Algunas de ellas ocurrieron solo días antes de los hechos, otras incluso meses atrás, lo que refuerza la teoría de que no se trató de un impulso fugaz, sino de una preparación sostenida.
Varios criminólogos que han tenido acceso parcial al contenido del teléfono afirman que incluso hay búsquedas relacionadas con términos como “visión en túnel emocional”, “despersonalización durante eventos extremos” y “cómo recordar detalles sin parecer nervioso”.
Estas frases, tomadas de forma aislada, podrían pasar desapercibidas. Pero en conjunto, dibujan un perfil psicológico sumamente perturbador: el de alguien que no solo pensaba en el crimen, sino que intentaba anticipar cómo se sentiría al atravesarlo, cómo actuar, cómo encajar… o cómo desaparecer tras el acto.
Una pieza clave para la fiscalía
La defensa de Kohberger, que hasta ahora ha sostenido su inocencia, no ha emitido comentarios sobre los nuevos documentos. Sin embargo, analistas legales ya anticipan que el historial de búsqueda se convertirá en una pieza clave del juicio, especialmente en el establecimiento de la intención y premeditación.
“La prueba digital es poderosa porque no miente,” afirma la abogada penalista colombiana Mariana Ríos. “Cada búsqueda es una decisión. Cada decisión deja una huella. Y en este caso, las huellas hablan.”
El juicio que también es psicológico
La revelación ha provocado una ola de reacciones en la opinión pública. En redes sociales, muchos se preguntan cómo es posible que alguien con este tipo de actividad en línea haya pasado desapercibido. Otros van más allá: ¿cuántos otros perfiles como el de Kohberger están navegando en silencio entre nosotros?
En paralelo, la discusión ha llegado al ámbito académico. ¿Qué responsabilidad tienen las instituciones al acoger perfiles que estudian el crimen con tanta intensidad? ¿Cómo distinguir entre un interés legítimo y una fascinación potencialmente peligrosa?
Silencio que resuena
Mientras el proceso judicial avanza, el teléfono de Kohberger—ese objeto aparentemente común—se ha transformado en testigo silencioso de algo más profundo: un proceso interno que, quizá, comenzó mucho antes de que el país escuchara su nombre por primera vez.
A medida que surgen más detalles, una sensación incómoda comienza a instalarse en el aire: que las señales estaban ahí. Que las preguntas ya se estaban haciendo. Y que nadie supo escuchar.
Porque a veces, los actos comienzan con ideas. Y las ideas, con una simple búsqueda.